Lo que necesitas hacer y decir sobre Oraciones A La Medalla Milagrosa

oraciones a la medalla milagrosa

María, Madre de Nuestro Señor, con humildad pedimos que derrames tus bendiciones sobre todos y cada uno de los integrantes de la Asociación de la Medalla Prodigiosa. Bendice su generosidad que da vida a la devoción a ti y ayuda a promover la fe en tu Hijo, Jesús. Muy santa María, tal como lo hiciste con santa Catalina Labouré, derrama rebosantes gracias sobre cada uno de los integrantes de la Asociación, sobre sus familias y sus conocidos cercanos. Que tu Medalla Milagrosa sea un símbolo de paz, justicia y prosperidad en la vida de todos tus devotos. Madre María, protégenos y contribuye a todos y cada uno de los que confiamos en ti, a ser leales custodios de la vida que Dios nos dió. Te lo pedimos por tu Hijo, Jesús, con la confianza de que lo que pidamos por tu intercesión nos será concedido. Nuestra Señora de Guadalupe, de conformidad con tu mensaje yo te venero como la Virgen Madre del verdadero Dios, por quien vivimos, el Creador de todo el planeta, el que logró el cielo y la tierra.

Que mi ser físico y espiritual a través de tu medalla, permanezcan unidos a ti, Madre Milagrosa, que tu santa medalla me libre de todo mal y peligro, que tu santa medalla me proteja de toda enfermedad, pestes y virus, que al invocar tu santa plegaria. La Virgen María toma parte en el combate espiritual, el combate contra el mal, cuyo campo de batalla es nuestro planeta. Nos invita a ingresar asimismo en la lógica de Dios que no es la lógica del mundo. La felicidad genuina de conversión es lo que debe de soliciar el cristiano a María para transmitirla al mundo.

Oración A Nuestra Señora Para La Sanación

Una verdadera fe que este acompañada de una constante oración es la mejor herramienta para hallar que Dios pueda concedernos milagros y necesidades. La Medalla Milagrosa es un símbolo por el que la Virgen Muy santa puede intervenir por frente Dios y cumplir nuestros deseos.

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El día de hoy se celebra a la Virgen de la Medalla Prodigiosa, ya que un 27 de noviembre se le apareció a Santa Catalina Lobouré para pedirle que acuñara una medalla con ciertas peculiaridades, y quien la portara recibiría grandes gracias. Y le charló a la santa de las desgracias y catástrofes de todo el mundo con tanta pena y compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le brincaban las lágrimas de los ojos. Postrado ante vuestro acatamiento, ¡Oh Virgen de la Medalla Prodigiosa! , y después de saludaros en el augusto secreto de vuestra concepción sin mancha, os elijo, desde este instante para toda la vida, por mi Madre, Letrada, Reina y Señora de todas y cada una mis acciones y Protectora frente a la majestad de Dios. les prometo, virgen purísima, no olvidaros nunca, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, al unísono que os prometo también fomentar en los que me rodean vuestro amor.

Catalina se lo tragó y se durmió suponiendo que S. Vicente, junto con su ángel de la guarda, le conseguirían esa misma noche la felicidad de ver a la Virgen como era su deseo. Precisamente, los anteriores favores recibidos en las distintas visualizaciones de San Vicente a Sor Catalina alimentaban en su corazón una seguridad sin limites hacia su bienaventurado padre, y su candor y viva esperanza no la engañaron. «La confianza logra todo lo que espera» . Oh Virgen Madre de Dios, María Inmaculada, nos dedicamos y nos consagramos a vos, bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Prodigiosa. Que esta Medalla sea para todos una señal segura de tu aprecio por nosotros y un recordatorio incesante de nuestros deberes hacia vos.

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Que oigamos siempre Tus maternales avisos, para que arrepentidos de nuestras culpas, e imitando vuestras virtudes; logremos la inmensa dicha de estar contigo en el cielo, por toda la eternidad. tiene todo poder en virtud de su gracia para triunfar sobre Satanás. Estas palabras formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, finalizando a la altura de la mano izquierda . Tenia tres anillos en cada dedo; el mas grueso al lado de la mano; uno de tamaño mediano en el medio, y no mas pequeño, en la extremidad.

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Ten en cuenta que por ellos has sufrido, has rogado y has llorado. Sálvanos, oh Refugio de los pecadores, a fin de que tras haberte todos amado, invocado y servido en la tierra, podamos proceder a agradecerte y alabarte eternamente en el Cielo. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas y cada una de las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, suplica por nosotros pecadores, en este momento y en la hora de nuestra muerte. Dichoso aquel que lleve tu medalla pues prometiste una gran bendición. Nuestra Señora ordenó a Sor Catalina que fuera acuñada una medalla según el modelo que misma le había diseñado. La Virgen Prodigiosa es la Madre de la divina felicidad que quiere confirmar y afianzar nuestra fe en su omnipotente y universal mediación.

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